Ben Eine, el hombre de las letras, no se conforma con los muros y después de intervenir medio mundo, bufandas y cierres, se traslada al mundo de la cosmética y diseña el nuevo packaging de la icónica crema de manos de cáñamo de The Body Shop.
Este
londinene, nacido en los ’70, comenzó su andadura con el elemento central del
graffiti más puro, el tag. Las letras
fueron, (son y serán) el ADN de su arte, sin embargo, pronto se cansó de
“ensuciar la ciudad con las firmas de siempre” y quiso “embellecerla con algo
diferente”.
Es
ahí, cuando sus sprays comenzaron a hablar por sí solos. Se centró en
desarrollar tipografías estéticas que se identificaran fácilmente y se
diferenciaran de las demás que inundaban las calles. Y vaya si lo consiguió.
Incluyó las tipografías Shutter, Neon,
Elton, Vandalism, Wendy y, la más famosa y reconocida, Circus. Gracias a
“ellas” hoy no hace falta desviar la mirada hacia la esquina inferior del
mural. En este caso, la firma no es quien grita la autoría de la obra, sino los
colores vibrantes, las formas simples, las líneas rectas y la constante
presencia del alfabeto.
Su carrera se vio catapultada en 2011, cuando James Cameron
decidió que una de sus obras (Twenty
First Century City) era el mejor obsequio posible para
recibir a Barack Obama en su primera
visita a Londres como presidente de los Estados Unidos. Además, ese mismo año, Amnistía Internacional recurrió a
él para diseñar el póster del50 aniversario del movimiento y tuvo lugar la
mayor exposición de arte urbano hasta
la fecha; Art in the Streets en el museo de arte contemporáneo
MoCA, Los Ángeles, en la que Ben, por supuesto, participó. Lo que se dice un
buen año, vamos.
Dos
años después y con más de 15 detenciones, 5 condenas por daños criminales y 5
años de trabajo con Banksy en la mochila,
el gigante Louis Vuitton contactó con él a través de Instagram para proponerle
una colaboración. Y de tal proposición nació un pañuelo de seda de 136 centímetros
cuadrados donde se podía leer "Great Adventures" con las emblemáticas letras Eine. Costaba 450 euros.
Según declaró el artista al periódico británico Independent, sus obras “son artículos de lujo. Se venden entre los 13.000 y los 26.000 euros. No estoy diseñando patines o pegatinas. Son productos de lujo y por eso considero que la colaboración con LV no fue más que una progresión natural entre dos personas que hacen cosas estéticas y bien elaboradas”.
Según declaró el artista al periódico británico Independent, sus obras “son artículos de lujo. Se venden entre los 13.000 y los 26.000 euros. No estoy diseñando patines o pegatinas. Son productos de lujo y por eso considero que la colaboración con LV no fue más que una progresión natural entre dos personas que hacen cosas estéticas y bien elaboradas”.
Y es que, a pesar de que la calle fue su
escuela de arte desde el principio, el artista prefiere las galerías como
escenario y afirma que ansía y valora el renombre, la fama y el dinero. “No
quiero vender mis obras a coleccionistas de arte urbano, sino a coleccionistas de
ARTE. Demasiado tiempo han pasado expuestas en la calle como una simple y
jodida pintada” explicaba en la misma entrevista.
Hoy,
con renombre, fama y precios de cinco cifras, el rey del alfabeto de colores sigue
colaborando y ampliando su carrera profesional. ¿Su último trabajo a añadir en
el CV? El diseño del packaging de una crema de manos.
Por la
compra de cada Crema de Manos de Cáñamo de Edición Limitada, The Body Shop donará
2 € a The Body Shop Foundation. Con la donación se respaldará el
objetivo de la Fundación: recaudar 300.000 libras para proteger
y enriquecer
el planeta, los océanos, los animales y las personas.
Disponible desde febrero hasta junio de 2016.
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