miércoles, 21 de septiembre de 2011

Entre Bambalinas


Cinco días han servido para demostrar que Madrid y Moda, son uno. Del 16 al 20 de septiembre se ha celebrado en el recinto ferial del IFEMA, la Cibeles Fashion Week Madrid. Una 54º edición en la que 44 diseñadores han mostrado las tendencias de la próxima temporada primavera-verano. 


Diseñadores como Adolfo Domínguez, Ágatha Ruiz de la Prada, Andrés Sardá, David Delfín, o Roberto Verino, son algunos de los muchos que nos han sorprendido con sus colecciones en la pasarela Cibeles. Una pasarela que se caracteriza por lo arriesgado y lo sorprendente y la cual, algunos diseñadores califican como “una gran fábrica de sueños”.

Sin embargo, en esta edición faltaba alguien; Jesús del Pozo. Uno de los grandes del mundo de la moda, que nos dejó el pasado 13 de agosto de este año pero que no por ello la pasarela prescindió de sus obras de arte. La Cibeles, su taller y su lugar de trabajo, fue testigo de su colección póstuma. Jesús no estaba, pero nos dejó su legado. Se trata de una colección elegante que ensalza la figura de la mujer y en la que no faltó sensualidad y sofisticación femenina. El desfile terminó con unos asistentes emocionados y levantados en su memoria, regalando lo que un diseñador más agradece. Los aplausos.


Podríamos hablar de las colecciones, del desfile de cada diseñador y las prendas más sorprendentes, sin embargo, ésta vez vamos a ir más allá, concretamente al Back-Stage. Me propongo contaros qué pasa ahi detrás, entre bambalinas, donde sólo unos pocos pueden acceder. 

El recinto de la Cibeles era inmenso. Había multitud de stands de diferentes firmas de moda, revistas, productos de belleza... Uno de los que más éxito tuvo fue el de Telva, en el que había una ruleta de la suerte que siempre tenía premio. Había colas inmensas para conseguir un champú, un bolso o un gel para un secado más rápido del cabello. 

YoDona se encargaba de suministrar a los asistentes de bolsas originales con la portada de su revista. Después de cada desfile, aquello parecía un mercadillo, con gente colándose y empujando por conseguir una de esas bolsas tan fabulosas. 

Loreal o GHD, se encargaban de enseñarnos los mejores trucos de peluquería y maquillaje. Aquellos que pudieron disfrutar de un asesoramiento y una sesión de maquillaje gratis, salieron encantados.


Y reunidos en el Showrrom, se encontraban 40 talentos emergentes que exhibían sus propuestas con venta directa al público. Realmente alucinante algunos de ellos. La originalidad y lo arriesgado abundaban en el Cibelespacio de EGO.



Fuera todo era espectacular, pero por detrás de esas paredes había algo más. Se accedía por una puerta pequeña, del mismo color de la pared y la cual estaba vigilada por un hombre de unos 2 metros de alto y uno de ancho. Sin embargo, esa postal, hacía que todo aquello que se ocultaba entre las paredes, pareciese aún más tentador.

Cuando cruzas esa puerta, todo cambia. Hasta el aire, que parece que falta y que en cualquier momento se va a acabar. Los nervios, la tensión y las prisas se pueden respirar y ver a alguien gritando o corriendo con unos tacones de 12cm, no era algo raro.




 En los pasillos se sucedían puertas anchas en las que colgaba el nombre de cada diseñador. Eran los vestuarios, el taller del diseñador, el verdadero lugar donde se encuentran las obras de arte y donde el artista ultima sus diseños.


Os contaré como curiosidad, que conseguí entrar en el de Victorio y Luccino en pleno ajetreo. Ambos daban órdenes a los modelos y les explicaban cómo habían de moverse por la pasarela. Otros cosían y daban los últimos retoques. Otro incluso, cortaba el pelo a un modelo mientras este se vestía. Era una carrera a contrarreloj que finalmente terminó con una victoria clarísima de los diseñadores.

Otros vestuarios estaban desiertos. Tranquilos todavía porque las prendas no saldrían a pasarela hasta dentro de unas horas. Pero aun así, todo estaba preparado al detalle, colocado y listo para ser desfilado.


Allí nadie estaba de brazos cruzados. Todo el mundo tenía algo que hacer y tenía que hacerlo cuanto antes. Eso sí, el cansancio de horas y horas de trabajo también estaba presente...


Maquillaje y Peluquería… eso es otro mundo. No hay sitio en el que puedas apoyarte, todo está repleto de iluminadores, coloretes, sombras, colores, paletas, lacas, peines, secadores... Todos a una maquillaban y peinaban al mismo tiempo, utilizando el mismo maquillaje y los mismos rulos para todas las modelos. Todas debían quedar igual y al gusto del diseñador. Ahí si que había gritos y órdenes. “El tono 37 de carmín para los labios y el 15 para los pómulos. ¡YA!”. Pero nadie se estresaba, todos a su ritmo y concentrados hacían su trabajo meticulosamente para que todo saliese perfecto.


Y llegamos al lugar con más magia, en mi opinión, de todo el recinto. Un lugar lleno de talento, de palabras, de prisas, de actualidad, de información al segundo; de información al fin y al cabo. Llegamos a la sala de prensa. Cada uno con su ordenador, su libreta. Luchando por tener la mejor información, la mejor declaración y la mejor foto del desfile. Contando lo que ocurre y tecleando sin parar. Disfruté de la estampa, del sonido de las teclas, de ver como contrastaban la información y como releían su noticia para cerciorarse de que era lo mejor que podían escribir. Y fue ahí donde volví a comprobar que deseaba estar ahí, algún día tecleando información para ser leída por muchos después. 

Y dejando este sentimentalismo de futura periodista, sigamos con el desfile.

Todo estaba en su lugar, todo preparado para mostrarlo a los invitados. La televisión, la radio, periodistas corriendo, diseñadores con el fitting, y modelos concentrados. Todo un año de trabajo para 30 minutos de pasarela. Es todo o nada. Es el momento de ver el resultado. Diseñador y modelos esperan detrás de la pasarela y mientras desfilan, todos observan por una televisión lo que pasa al otro lado. Finalmente el modisto sale al concluir el desfile y es felicitado por todo su equipo.

Después de tanto estrés Absolut era el encargado de tranquilizar un poco a las celebridades con un coctel, tengo que decir, riquísimo. En el kissinRoom, los artistas e invitados VIP charlan entre ellos dando la enhorabuena al diseñador. 



Y esto es lo que ocurre detrás de esas paredes oscuras y resguardadas por hombres de 2 metros. Esto es lo que ocurre en el mundo de la moda, entre bambalinas.



Todas las fotos de la Cibeles Fashion Week en: http://patriciamunoz.smugmug.com/ 
                                                                            http://500px.com/patriciamunozcab

lunes, 12 de septiembre de 2011

Valencia Fashion Week


La ciudad de las Artes y las ciencias, se ha convertido por una semana en la ciudad de la moda. La XI edición de la Fashion Week de valencia ha constado de 7 días llenos de tendencias, desfiles, y sobre todo… una edición llena de color. Diseñadores como Juan Vidal, Guillermo del Mar, Paolo Coppolella o Georgina Vendrell han conseguido que esta Fashion Week haya sido todo un éxito.
  
El día 7 de septiembre, aparte de ser una gran canción de Mecano, es también la fecha que dio comienzo a la VFW. A las 13.00 tuvo lugar la inauguración y seguidamente media hora después comenzaron, sin perder más tiempo, los desfiles. El primer día los protagonistas fueron Juana Martín, con su colección “A touch black” basado en líneas, planos y curvas. Encarnis Tomero, con “Por el viento”,  Aurelia Gil con “Future?” que toma como referencia el principio de los 90 con los últimos coletazos de los 80. Higinio Mateu y su “7”, llamado así no por la fecha de su desfile sino por los siete pecados capitales, las siete notas musicales, los siete colores del arco iris y los siete días de la semana. Un número mágico para una colección llena de magia. Y finalemente Ion Fiz, “Serie by Ion Fiz” un diseñador que rinde homenaje a las muñecas nancys, gracias a las cuales se decidió por el mundo de la moda.

El día terminó con el DESFILE OFF, una pasarela nocturna de 70 metros de largo en el lago del Ágora, sobre la que mostraron Gabriel Croissier y Antonio Sangoó, sus colecciones.

Al día siguiente, la jornada comenzó con Alejandro Resta y CULTURE PLACE, una alternativa a la pasarela que ofrece moda en directo a través de un nuevo espacio destinado a colecciones adscritas a la cultura y el arte.

A las 13.30 fue el turno de Juan Vidal. El diseñador valenciano presentó su colección “Hello Kitty”, una creación que surge al mezclar los dos polos de la muñeca; su simplicidad e inocencia, y su faceta pícara y divertida. Se inspira, dice, “En las revistas de carácter femenino para adolescentes en donde se exalta el concepto de best friends forever, el maquillaje para ser una chica guay y los diez consejos para conquistar a tu chico”. De nuevo el blanco y el negro son los protagonistas, en este caso mezclados con rosa “kitty”.

Prosiguieron los desfiles con Siglo Cero y su “Lady Ginebra”, un tributo al ambiente y las sensaciones de la edad media y Bibian Blue y “Crystal flowers” inspirado en las texturas, las hadas las ninfas, la naturaleza nocturna…

Jaime Piquer se decantó por las “Equis”. Lo geométrico y los efectos pictóricos conquistaron las prendas de su colección. Los colores esta vez, abundaron y fueron más allá del blanco y el negro. De nuevo, la gasa fue uno de los tejidos más utilizados.

  
Alex Vidal cerró la pasarela interior del Ágora con una gran dosis de color. “Colour Square” fue el nombre que eligió para presentar sus prendas. Todas ellas caracterizadas por la simplicidad, la asimetría y los colores vivos. Entre ellos el negro, el naranja, el fucsia o el azul fueron los más predominantes. El plástico y el cuero volvieron a verse por la pasarela, que esta vez lucía una larga tela rayada de colores. Cabe destacar las “gafa-pasta” que lucían todas las modelos lo que resaltaba sus miradas y las espaldas descubiertas. 


 En la zona OFF, esta vez le tocó a Cristina Piña con “Copacabana”, una colección que trasladaba a los espectadores a Rio de Janeiro, con sus playas y su sol.

Le siguió Little Kiis con “Cartografía”, un paseo por los cinco continentes inspirada de nuevo en el color las texturas y los pequeños detalles. 
  
El viernes 9, tercer día de la fashion week, todo iba cogiendo ritmo y a las 11:00 esperaban tres diseñadores para exponer en la Zona D sus colecciones. Los primeros fueron  Penélope Almendros, seguido de Siemprevivas y Alfred Besora.

A las 13.30 era el turno del valenciano Guillermo del Mar con su colección “naufragio”. La colección interpreta el lado primitivo de la moda, vestirse como una necesidad y, al mismo tiempo, como una consecuencia del entorno. Guillermo viste a una mujer sencilla, desenfadada y fresca. Son prendas sueltas, con vuelo, con colores claros que recuerdan al buen tiempo, el cielo y el mar. Esta vez, es el algodón el que predomina entre los materiales utilizados. Las modelos lucieron además complementos como bolsos, carteras y grandes sombreros y pamelas.

Dragomir Krasimirov se inspira en un subgénero periodístico del siglo XIX surgido en Japón, para llamar a su colección, “Muzzane”. La gasa vuelve a ser la protagonista de la pasarela, junto a colores claros como el blanco y los beige. Viste a una mujer desafiante, práctica y urbana, sin abandonar nunca la elegancia y sutileza femenina.

Paolo Coppolella y su “no name” fue el encargado de abrir la pasarela de tarde.  “Es una colección sin nombre”, dice. “es una colección sin inspiración que surge del instinto del diseñador”. Destacan los colores y las superposiciones características de la firma coppolella. Como curiosidad desvelar que detrás de la pasarela, antes de comenzar, se le veía nervioso y alterado con los fotógrafos. Pendiente de cada detalle de las prendas de sus modelos. Terminó el desfile con una gran sonrisa y fotografiándose feliz con todo el equipo.


Maudit y su colección “Náufrago” fue el encargado de sorprender e impactar en esta XI edición de la fashion Week, con unas rejillas parecidas a las de esgrima que cubrían el rostro de algunos modelos.  Su colección se basa en la historia de un niño cualquiera a principios de los años 40 en un orfanato. A través de tres grandes líneas de color se refleja la evolución interior del huérfano y la trasformación de su silueta buscando una respuesta. Su colección la resume en dos palabras: Casual alternativo.



Moisés Castañeryra, y su colección “interacción” hizo referencia al futuro y la experimentación. Destacaban las formas simples, colores monocromos, blancos y grises mezclados con telas plásticas brillantes que le daban el toque futurista. “Es en definitiva - dice- la seña de identidad de la firma son las asimetrías, volúmenes, superposiciones y una estética marcada y limpia”. Como dato curioso, os digo que Moisés parecía tímido. Cuando le tocó salir a saludar, no dio tiempo a la prensa ni a hacerle dos fotos seguidas. ¡Fue un saludo fugaz!

La pasarela concluyó con las colecciones de Georgina Vendrell y Juan Andrés Mompó.

La Fashion Week llegaba a su fin y el día 10 a las 20:00 horas de la tarde, el Ágora de la ciudad de las artes y las ciencias, se vistió de gala y lució una larga alfombra roja rodeada de las mejores fotos de las anteriores ediciones de la VFW. Comenzaban los premios Fígaro. 

Para ver más información sobre los finalistas y ganadores de los premios fígaro, os dejo este enlace de la página oficial de la VFW.
http://www.valenciafashionweek.com/es/noticias/desarrollo/index.php?id=763

Este año, además, ha nacido una nueva pasarela gracias a las redes sociales, el desfile fashionsocialnet, en el que participan personas sin experiencia previa, de 16 a 50 años, que se han inscrito en Facebook con la intención de desfilar.

En conclusion, una semana llena de moda, premios y diseñadores espectaculares. Tocará esperar hasta febrero del año que viene para disfrutar de otra Valencia Fashion Week.

Más fotografías aquí: http://500px.com/patriciamunozcab