lunes, 24 de octubre de 2011

Yves Saint Laurent. YSL

LA FUNDACIÓN MAPHRE NOS PROPONE UNA RETROSPECTIVA DE 40 AÑOS DE CREACIÓN RESUMIDOS EN 150 MODELOS DE ALTA COSTURA Y PRET-A-PORTER, ADEMÁS DE 80 DIBUJOS, BOCETOS, VIDEOS Y FOTOGRAFÍAS DEL ARTISTA. TODO ELLO HASTA EL 8 DE ENERO DE 2012.




“Siempre he colocado por encima de todo el respeto a este oficio, que no es del todo un arte, pero necesita de un artista para existir” YSL
Y sin duda alguna, Yves Saint Laurent era uno de esos artistas que hacen posible la existencia del arte de la moda y el diseño.

Yves Saint Laurent nace en Orán, colonia francesa de Argelia, en el seno de una familia acomodada. Durante su infancia se interesó ciegamente por la moda y aquello que más le divertía no era una pelota sino ojear la revista Vogue. Por ello, tuvo una infancia dura, llena de críticas e insultos, a los que él contestaba con tan solo 9 años: “algún día seré famoso y dejaréis de reíros”.


En 1950 mandó a un concurso de París alguno de sus diseños, y quedó en tercera posición. Un año después se presentó al mismo concurso, resultando ganador. El responsable de su revista favorita, Vogue, quedó impresionado y envió rápidamente los diseños de aquel desconocido a Dior, quien vislumbró sin problemas el talento de aquel chico y no dudó en incluirle en su taller. Con tan solo 18 años, Yves trabaja para Dior.


Dior le nombra sucesor jefe de la casa de costura. Yves y su madre quedan sorprendidos ante la noticia, ya que Dior era joven todavía para pensar en su muerte y sucesores. Sin embargo, Dior muere ese mismo año por un infarto.

En 1960 fue llamado a filas por las milicias y se vio obligado a abandonar Dior. Duró apenas 20 días en el ejército. Las críticas que había recibido en su infancia se sucedían también ahora, y abandonó el ejército por estrés.

En el hospital supo que Dior no le guardaba un puesto y que prescindían de él, lo que agravó su estado emocional. Todo ello le llevó a ingresar en un psiquiátrico donde recibió electroshocks y le administraron multitud de sedantes y medicamentos. Esto hizo que Yves Sanit Laurent se sumiera en una época oscura de adicciones y problemas emocionales.

Y aquí es donde Pierre Bergé jugó un papel fundamental. Acompañó al diseñador en sus peores momentos y le ayudó a salir de su profunda depresión. Saco fuerzas y pruebas para demandar a la empresa y consiguió con ello dinero suficiente para abrir una casa de costura propia para Yves Saint Laurent.

Le acompañó en su vida sentimental hasta 1976, pero aun así siguieron viviendo juntos y compartiendo la vida laboral en su profesión.

Yves comienza su trabajo en solitario y empieza a ser conocido por su propia marca, cuyo diseño que aún perdura (inicial de su nombre y apellidos superpuestos) fue encargado al diseñador gráfico francés Cassandre.


En 1966 ocurre algo que nadie antes podría haber imaginado. Yves presenta un esmoquin para mujer. Es el primer diseñador que se atreve a vestir a la mujer con prendas que hasta ese momento eran exclusivas de los hombres. Sin embargo, Yves Saint Laurent no quería que la mujer se adaptase a la moda, sino que la moda fuese quien se adaptase a la mujer, y el esmoquin era perfecto para ello. Se adaptaba a la personalidad de cada mujer, daba un aspecto callejero y a la vez sensual. Yves comenzaba su revolución. (1967 primer traje pantalón/ 1968 primer jump-suit…)

Además, fue el primer diseñador de alta costura que presenta colecciones de Prêt-à-porter, y el primero que utiliza modelos de raza negra en sus desfiles.

Sin embargo, no todo fue gloria y éxito, sino que el artista vivió también momentos críticos tanto en su vida profesional como personal. En 1971, los periódicos aparecían con titulares como: la colección más fea de París” “las mujeres en sus horas peores”, todos ellos referidos a la colección Mondrian, presentada por Yves, que recordaba, decían, a la época de la ocupación Nazi. Supongo sería consecuencia de que Yves Saint Laurent no vivió de cerca dicha época, y por tanto no pensó en la repercusión que podría tener en ciertas personas que seguramente perdieran a familiares y amigos.

Otro de sus peores momentos fue en 1987 cuando presentó un desfile con prendas adornadas con joyas de hasta 6 cifras, pocos días después de que un crack financiero sacudiese la ciudad. De nuevo una muestra de cómo Yves vivió alejado de aquello que oía hablar a algunos, de una tal pobreza.

Yves se vio derrotado, cansado de que no le entendiesen y se refugió en el alcohol y las drogas, incluso se hizo adicto a la Coca-Cola, llegándose a beber varios litros al día. Pierre Bergé siguió a su lado en todo momento.


Pierre y Yves reunieron una gran colección de arte en su casa, la cual ampliaron cada vez más gracias al éxito de su perfume “Opium”. Esta pasión por el arte, la vemos reflejada también en sus diseños, inspirados muchos en las obras de Goya, Picasso, Velázquez… El pop Art y Andy Warhol macaron su ambición de abolir la frontera entre el arte y las artes decorativas.

Otra fuente de inspiración fueron sus viajes a la india o marruecos, donde quedó fascinado por los colores, las telas y el vuelo de las prendas. Al igual que los viajes, los libros, la opera y el teatro fueron algunos de los motivos de sus diseños.

Yves se retiró finalmente en 2002 y muere en 2008, en París por un cáncer cerebral.

Sin duda, se fue un gran aliado de la mujer. Un revolucionario de la moda que consiguió hacer que la mujer no fuera quien se adaptara a la moda, sino que la moda se adaptase a ella. Como se dice en el mundo del diseño: “Coco Chanel liberó a las mujeres, mientras que Yves Saint Laurent, les dio el poder”. Y así fue. Yves dio el poder a la mujer para librarse de cinturas de avispa, para ser ella la que eligiese que quería lucir en su cuerpo y cómo quería hacerlo. Como decía él: 

“La prenda más hermosa que puede vestir a una mujer son los brazos del hombre a quien ama”.

Yves Saint Laurent murió, pero nos dejó su legado y sus obras. Ahora es cuando me gustaría ver a esos niños que se reían de él en la infancia por jugar con revistas en vez de pelotas, y dibujar bocetos y diseños, en vez de casas con nubes en el cielo. Aquel niño raro se convirtió en un genio de la moda, que revolucionó la manera en que la mujer se mostraba al mundo.

"Con los años he aprendido que lo más importante en un vestido es la mujer que lo lleva puesto" YSL

Y ahora, gracias a la colaboración de la Fondation Pierre Bergè-Yves Saint Laurent, la fundación Maphre nos propone una retrospectiva de 40 años de creación resumidos en 150 modelos de alta costura y Pret-a-porter, además de 80 dibujos, bocetos, videos y fotografías del artista.

La exposición ha pasado por ciudades como NY, Moscú y París y ahora somos Madrid, los afortunados de ver las creaciones de Yves Saint Laurent más cerca que nunca. Será posible hasta el 8 de enero de 2012, en la calle recoletos 25 (Lunes de 14.00 a 20.00 hrs. Martes a sábado de 10.00 a 20.00 hrs. Domingos y festivos de 11.00 a 19.00 hrs).




jueves, 13 de octubre de 2011

EL PAPEL DE LA MODA

Vestido de Chanel. (Años 50-60)

La moda tiene un papel importante en la sociedad. Y ésta vez, tiene más papel que nunca. El corte-inglés del campo de las naciones, nos ofrece un recorrido a través de la historia, las formas, las diferentes culturas y diseñadores. Desde el siglo VI hasta nuestros días, pasando por el lejano oriente y terminando con grandes diseñadores de la actualidad como Dior o Chanel.

La exposición cuenta con 40 vestidos confeccionados a tamaño real y realizados exclusivamente con papel. Chaquetas, bolsos, faldas, complementos… Todo papel.

Bolso de Chanel confeccionado con papel. Año 1956

Uno de los diseños de la exposición, es este ejemplo del siglo XVIII. Muy Rocococó, propio de una época en la que la ostentación era siempre poca y donde todo, desde joyas, plumas o brillantes, tenían cabida.



Rasos, volantes, madroños, bordados y la inseparable mantilla. Este conjunto, no podría ser otra cosa que un vestido de Goyesca, el cual consigue fundir lo aristocrático con lo castizo del Madrid antiguo.


En primer plano, vemos un modelo de Fortuny, hijo del pintor Mariano Fortuny. Hijo de pintor, siguió el oficio de su padre, pintando y además interesándose por la fotografía y la moda. Este diseñador, fotógrafo, pintor y escenógrafo irradió a Europa con sus diseños refinados, muy femeninos que prescindían de corsés y formas opresoras para la mujer. Rupturista y vanguardista, se inspiraba en la antigua Grecia, de hecho, se cuenta que este vestido nació de la fascinación de su mujer por el famoso Auriga de Delfos.
Detrás vemos un ejemplo del estilismo de los años 20. Después de la primera gran guerra, se adopta un nuevo modo de vivir y las mujeres lo plasman en su forma de vestir. Las prendas se acortan, las piernas se enseñan por primera vez, desaparecen los corsés y la cintura se deja suelta. El pelo se acorta también y los vestidos plasman la libertad que las mujeres empezaron a tener. Indudablemente, felices años 20.


Ni la propia Coco Chanel hubiese imaginado nunca, que uno de sus diseños más famosos, iba a estar hecho en papel. Y no como boceto, sino hecho a tamaño real simplemente con papel de diferente color y textura. Es uno de los diseños, que no hace falta mirar la etiqueta para saber que es de Chanel. Hasta el mas mínimo detalle grita su nombre. El tejido de lana cheviot, el contraste de colores y la pasamanería, los botones dorados y sin duda el detalle del bolso acolchado con cadena dorada, clásico de Chanel.



 Viendo vestidos como este, parece mentira que estén hechos solamente con papel. Es un diseño de Balenciaga de la colección primavera-verano del año 1964. Debajo un vestido blanco, de seda, sin costuras lo que hace que sea amplio y con vuelo. Encima, un abrigo de noche laboriosamente trabajado con flores de organza. Todo un homenaje que Balenciaga hace a la primavera y lo femenino.


Y como decíamos, esta exposición es un recorrido por la historia, y qué mejor ejemplo que unas meninas del barroco español. En primer plano vemos la infanta Margarita, hija de la reina Mariana de Austria y Felipe IV, y detrás un vestido de 1660. De nuevo vemos como destaca la ornamentación y los brillantes. Debe ser cosa de la época.


Cuarenta diseños como estos, son el ejemplo de que la moda puede estar en cualquier lugar y que no requiere de telas de lujo de 4 cifras el metro, sino que con unos cuantos pedazos de papel, se puede hacer MODA.
 



martes, 11 de octubre de 2011

CERCA DEL CIELO


Sitúate. Un ático en plena Gran Vía. Piso 27. Todo Madrid a tus pies. No puede esconder ninguna de sus calles. Es un Madrid desnudo, con distintas historias recorriéndole. Diferentes motivos reúnen allí, en ese preciso instante, a distinas gentes. Trabajo, encuentros, turismo o mero placer.

En el ático, una pequeña habitación acristalada por donde el sol entra sin avisar, dando una perfecta claridad a la estancia. Hay un suave perfume a jazmín mezclado con el olor a café recién hecho. Las cortinas son finas, azul claras, casi blancas y dejan al viento que juegue con ellas. 

Cerca de la ventana hay una planta. Verde. De un verde muy vivo, con hojas grandes y llenas de vida. Está sobre una maceta blanca, alta, que permite que los rayos la iluminen todo el día. 

En el lado opuesto de la ventana, hay una librería que ocupa toda la pared frontal. Es una estantería de madera antigua donde reposan los más grandes de la literatura universal. En el estante más alto, descansan los versos de Neruda o Quevedo y a medida que los estantes se acercan al suelo, los autores van avanzando en siglos; Saramago, Zafón…

Entre la estantería y el vental queda una pared. En ella hay un cuadro. Es una fotografía tomada desde ese mismo ático muchos años antes. Se ve el Madrid antiguo de los 50, con tranvías cruzando las calles con el mismo trazo perpendicular que siempre, el ensanche hecho con regla en mano, e incluso algunos cafés que aún perduran. 
Es el mismo cielo, más grisáceo quizá, con las mismas nubes reflejadas en las mismas fuentes y accidentado por los tejados de los altos gigantes de la ciudad.

Una imagen preciosa. Pero queda algo. Pegado al ventanal, hay un piano. Un Petrof ruso, de ébano, cola negra con pedales plateados y las cuerdas a la vista de madera más clara. En él, hay unas partituras colocadas cuidadosamente donde se puede leer: “Debussy”.

Ya es pues, una imagen perfecta. Mis pasiones unidas en una misma habitación cerca del cielo de Madrid.