Cuántas cosas habrán presenciado Carlos
III y su caballo, desde ahí arriba…
Han estado presentes en las últimas 30
celebraciones de año nuevo, habrán visto reencuentros, reconciliaciones, peleas
y rupturas de pareja. Han sido los protagonistas de millones de fotografía que
los turistas hacen con ilusión para mostrar a sus familias el lugar tan bonito
en el que han estado. Han visto a Madrid crecer, llorar, sonreír… Han visto al Madrid nocturno, al que amanece y al que
permanece quieto a pesar de los transeúntes incansables que pasean a su
alrededor.
Sin embargo, Carlos III, el mejor
alcalde de Madrid ha sido, en estos últimos meses, testigo de uno de los
acontecimientos más relevantes ocurridos en esa plaza. Ha sido testigo de cómo
la juventud de su Madrid, se ha levantado, indignado, y ha protestado por las
injusticias. Ha visto como de forma espontánea, se han quedado a dormir miles
de personas a su lado, por un motivo común: Un futuro digno, una democracia Real Ya.
Ha sido un mes lleno de gritos mudos, pancartas,
deseos, esperanzas. Un mes en el que se ha demostrado que sin violencia también
se consiguen cosas. Que la población existe, y que sin nosotros, los políticos
no son nadie. Que no nos conformamos con trabajar en el telepi, que si tenemos
carrera es para ejercerla. Que somos la
generación más preparada de la historia y sin embargo, la que menos futuro
tiene. Se ha demostrado que no solo los jóvenes son los que están
indignados, sino también sus padres, los que saben que tendrán a sus hijos en
sus casas hasta los 30, porque ahora la juventud, no acaba hasta los 32. Se han
unido padres, abuelos, niños incluso…
Gente de todos los partidos, de todas
las ideologías, de todos los países y rincones del mundo, todos, han asistido
al movimiento 15M a expresar que
ellos también están indignados y cansados de la situación por la que está
pasando España. El país ha aguantado mucho hasta que ha explotado. Nos hemos
conformado durante mucho tiempo con las injusticias, sin embargo, España y los
españoles ya no podían más. Probablemente Carlos III desde su caballo hubiese
hecho lo mismo y hubiese salido a cabalgar por la plaza pidiendo explicaciones.
El 15M no culpa a un partido concreto,
ni a un gobierno. El 15M se indigna porque hoy en día la política no consiste en
mirar por los ciudadanos, sino en ver cómo puedo dañar al partido oponente. No
son vagas quejas. Para verlo solo hay que escuchar cualquier discurso de
cualquier político de hoy en día. Gastan horas y horas en la cámara, atacándose
y respondiendo a los ataques durante horas. Ni una propuesta, ni un acuerdo.
Ataques, reproches, imputados, deudas, Casos Gürtel, acusaciones… Así es como
intentan levantar España, tanto unos como otros.
Por eso, el 15 de mayo, el pueblo salió
a la calle a pedir explicaciones, a indignarse y a pedir una Democracia Real
Ya.
Muchos son los que juzgan desde fuera y
sin saber. Denominan al movimiento como una revuelta hippie, llena de
antisistemas y comunistas. A esos, tengo que decirles, que en este primer año
de carrera, en la facultad de ciencias de la información de la complutense de
Madrid, he aprendido que lo más importante para un periodista es ver la noticia
con sus propios ojos, ser partícipe de ella e implicarse como uno más,
conociendo y viviendo la noticia para luego contarla de la forma más objetiva
posible. Pero creo que no hace falta un año de periodismo para saber esto. A mí
mi madre desde bien pequeña, ya me dijo que de lo que no sepa, no hable, y si
lo hago, que sea de forma humilde y sin juzgar. Por eso me sorprende que
personas, incluso algunas que presumen de su profesionalidad y educación,
juzguen esta acampada, sin haber pasado una sola noche allí.
Se habrían dado cuenta, de que en la
acampada no solo hay personas de izquierdas (que las hay) como las hay en los
bancos y en las empresas, sino que hay también personas de derechas,(si, si y
con trajes), personas que no les gusta la política, o personas que saben tanto
de política, que se abstienen de elegir a uno de los partidos. Se habrían dado
cuenta, de que en las asambleas, TODOS independientemente de ideologías,
tenían la palabra y el micrófono para decir y opinar con respeto, sobre lo que
quisiesen. De hecho, si hubiesen estado lo que si que no se hubiesen
encontrado, son símbolos políticos o mención de cualquier ideología, de hecho,
si la hubiese, la comisión de respeto, ya se hubiese encargado de quitarla. Por
tanto, la acampada no está formada por comunistas ni derechistas. Sino por
personas indignadas que quieren un
cambio.
La acampada comenzó con unas cuantas
tiendas de campaña y terminó con comisiones de respeto, de alimentación, de
infraestructura, de enfermería, de información y con una guardería y una
biblioteca, entre otros. Y todo ello con ningún ingreso de por medio, sin
esperar una recompensa económica, todo con la ayuda de los que pasaban por ahí
y los que mostraban su apoyo comprando un kilo de arroz y llevándolo a
alimentación. Se ha demostrado una democracia envidiable, con decisiones
tomadas siempre por mayoría, a través de un consenso y un diálogo previo, dando
la voz a todos y todas las que querían expresarse.
Si hubiesen estado allí…cuánto hubiesen visto y aprendido.
Qué pena que ya no tengan oportunidad
de hacerlo. Ya se ha acabado la acampada Sol. Pero comienza otra “acampada”.
Tomamos la plaza, y ahora toca “tomar” las conciencias de cada uno,
de cada barrio y cada grupo de amigos. Ahora nos toca a cada uno pedir
cambios y soluciones, actuemos y empecemos por nosotros mismos.
Sabemos el camino de vuelta.
Te voy a seguir de cerca, flaqui... me gusta cómo escribes :) :)
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