miércoles, 15 de junio de 2011

Sabemos el Camino de vuelta


Cuántas cosas habrán presenciado Carlos III y su caballo, desde ahí arriba…

Han estado presentes en las últimas 30 celebraciones de año nuevo, habrán visto reencuentros, reconciliaciones, peleas y rupturas de pareja. Han sido los protagonistas de millones de fotografía que los turistas hacen con ilusión para mostrar a sus familias el lugar tan bonito en el que han estado. Han visto a Madrid crecer, llorar, sonreír… Han visto al Madrid nocturno, al que amanece y al que permanece quieto a pesar de los transeúntes incansables que pasean a su alrededor.

Sin embargo, Carlos III, el mejor alcalde de Madrid ha sido, en estos últimos meses, testigo de uno de los acontecimientos más relevantes ocurridos en esa plaza. Ha sido testigo de cómo la juventud de su Madrid, se ha levantado, indignado, y ha protestado por las injusticias. Ha visto como de forma espontánea, se han quedado a dormir miles de personas a su lado, por un motivo común: Un futuro digno, una democracia Real Ya.

Ha sido un mes lleno de gritos mudos, pancartas, deseos, esperanzas. Un mes en el que se ha demostrado que sin violencia también se consiguen cosas. Que la población existe, y que sin nosotros, los políticos no son nadie. Que no nos conformamos con trabajar en el telepi, que si tenemos carrera es para ejercerla. Que somos la generación más preparada de la historia y sin embargo, la que menos futuro tiene. Se ha demostrado que no solo los jóvenes son los que están indignados, sino también sus padres, los que saben que tendrán a sus hijos en sus casas hasta los 30, porque ahora la juventud, no acaba hasta los 32. Se han unido padres, abuelos, niños incluso…

Gente de todos los partidos, de todas las ideologías, de todos los países y rincones del mundo, todos, han asistido al movimiento 15M a expresar que ellos también están indignados y cansados de la situación por la que está pasando España. El país ha aguantado mucho hasta que ha explotado. Nos hemos conformado durante mucho tiempo con las injusticias, sin embargo, España y los españoles ya no podían más. Probablemente Carlos III desde su caballo hubiese hecho lo mismo y hubiese salido a cabalgar por la plaza pidiendo explicaciones.

El 15M no culpa a un partido concreto, ni a un gobierno. El 15M se indigna porque hoy en día la política no consiste en mirar por los ciudadanos, sino en ver cómo puedo dañar al partido oponente. No son vagas quejas. Para verlo solo hay que escuchar cualquier discurso de cualquier político de hoy en día. Gastan horas y horas en la cámara, atacándose y respondiendo a los ataques durante horas. Ni una propuesta, ni un acuerdo. Ataques, reproches, imputados, deudas, Casos Gürtel, acusaciones… Así es como intentan levantar España, tanto unos como otros.

Por eso, el 15 de mayo, el pueblo salió a la calle a pedir explicaciones, a indignarse y a pedir una Democracia Real Ya.

Muchos son los que juzgan desde fuera y sin saber. Denominan al movimiento como una revuelta hippie, llena de antisistemas y comunistas. A esos, tengo que decirles, que en este primer año de carrera, en la facultad de ciencias de la información de la complutense de Madrid, he aprendido que lo más importante para un periodista es ver la noticia con sus propios ojos, ser partícipe de ella e implicarse como uno más, conociendo y viviendo la noticia para luego contarla de la forma más objetiva posible. Pero creo que no hace falta un año de periodismo para saber esto. A mí mi madre desde bien pequeña, ya me dijo que de lo que no sepa, no hable, y si lo hago, que sea de forma humilde y sin juzgar. Por eso me sorprende que personas, incluso algunas que presumen de su profesionalidad y educación, juzguen esta acampada, sin haber pasado una sola noche allí.

Se habrían dado cuenta, de que en la acampada no solo hay personas de izquierdas (que las hay) como las hay en los bancos y en las empresas, sino que hay también personas de derechas,(si, si y con trajes), personas que no les gusta la política, o personas que saben tanto de política, que se abstienen de elegir a uno de los partidos. Se habrían dado cuenta, de que en las asambleas, TODOS independientemente de ideologías, tenían la palabra y el micrófono para decir y opinar con respeto, sobre lo que quisiesen. De hecho, si hubiesen estado lo que si que no se hubiesen encontrado, son símbolos políticos o mención de cualquier ideología, de hecho, si la hubiese, la comisión de respeto, ya se hubiese encargado de quitarla. Por tanto, la acampada no está formada por comunistas ni derechistas. Sino por personas indignadas que quieren un cambio.

La acampada comenzó con unas cuantas tiendas de campaña y terminó con comisiones de respeto, de alimentación, de infraestructura, de enfermería, de información y con una guardería y una biblioteca, entre otros. Y todo ello con ningún ingreso de por medio, sin esperar una recompensa económica, todo con la ayuda de los que pasaban por ahí y los que mostraban su apoyo comprando un kilo de arroz y llevándolo a alimentación. Se ha demostrado una democracia envidiable, con decisiones tomadas siempre por mayoría, a través de un consenso y un diálogo previo, dando la voz a todos y todas las que querían expresarse.

Si hubiesen estado allí…cuánto hubiesen visto y aprendido.
Qué pena que ya no tengan oportunidad de hacerlo. Ya se ha acabado la acampada Sol. Pero comienza otra “acampada”. Tomamos la plaza, y ahora toca  “tomar”  las conciencias de cada uno, de cada barrio y cada grupo de amigos.  Ahora nos toca a cada uno pedir cambios y soluciones, actuemos y empecemos por nosotros mismos.

Sabemos el camino de vuelta.





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