miércoles, 13 de julio de 2011

Efecto MAD.


“Aterriza”. Así, con ese lema, llegamos a Guadarrama y comenzamos el campamento. 10 días en convivencia en los que nadie sabía que iba a pasar.  Como siempre, todo era sorpresa y día a día iríamos descubriendo poco a poco cosas y experiencias nuevas.
Como el lema decía, aterrizamos y nos asentamos en nuestras tiendas, en nuestra pradera. Empezamos a conocer el lugar y a conocer a las personas que en los próximos días iban a ser nuestros compañeros. 

Pasado el primer día, en el que todos estamos todavía un poco desconcertados, llegaron los demás despertares y poco a poco hacíamos de la pradera nuestro hogar. Nos acostumbramos a los horarios, a las distancias, a identificar de quien era cada tienda, como si de apartamentos se tratasen, los bichos se convirtieron en un vecino más y las esterillas en el mejor colchón para echarse una siesta.

Amaneceres, juegos, desayunos, cafés, gymchanas, confesiones, juegos, lloros, sonrisas… Manos que se ayudan, ojos que se miran, voces que se unen, risas que suenan al compás de un aplauso, silencio que grita serenidad, oraciones que emocionan, reflexiones que consiguen que nos paremos a pensar… Y después de todo eso, ya no éramos compañeros. No. Nos convertimos en una comunidad, en una gran familia.

Como un día decía la oración, somos una comunidad donde quienes ríen en común intercambian favores; donde bromeamos juntos y juntos estamos serios; donde se aprende de otros y se echa de menos a los ausentes. En donde las almas se unen en conjunto y donde varios, al fin, no son más que uno.

Han sido diez días plenos, llenos de felicidad y alegría, en los que todos hemos aprendido algo. Hemos visto que somos tierra buena, que somos semillas que daremos fruto, que somos manos que podemos ayudar a aquellos que se encuentran entre zarzas o en terreno pedregoso. Hemos aprendido que lo sencillo puede hacerse grande. Que no necesitamos mucho para ser felices. Que la naturaleza es sublime y los paisajes preciosos. Que con un par de canciones podemos pasarnos horas y horas riendo y que diez días durmiendo en un saco, puede convertirse en un paraíso si es con la gente adecuada. 

Gracias por este campamento. Gracias por formar esta gran familia. Recordad que “Tu y yo=MAD” y que una cosa, no puede ser sin la otra. Que ahora nos toca elegir nuestra fórmula y aplicar aquello que hemos aprendido. Negaros a pasar de puntillas por vuestro camino. Dejad huella y dejad claro como somos aquellos que formamos la familia MAD.



SIEMPRE en el corazón. Montañeros Amor de Dios.





1 comentario:

  1. Pocas cosas quedan por decir cuando una AMIGA lo dice. Simplemente gracias por poner tu granito de arena en hacer estos 6-7 días de campamento de un servidor algo inolvidable, una vez más.

    Un beso y hoy, a disfrutar.

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