viernes, 12 de junio de 2015

Entrevista a Andy Warhol, el loco que tocó con los dedos la genialidad.


Como no podía ser de otra manera, Andy me citó en La Fábrica. Había visto mil veces este lugar en fotos, pero en persona me pareció incluso mejor. Las paredes cubiertas de papel de estaño y los espejos rotos me miraban de frente y parecían no ser conscientes de lo que habían presenciado durante algunos años. Estaba allí, sentada en uno de los sillones de The Factory, el escenario de creación no sólo de obras legendarias sino de performance, encuentros y fiestas que superan exponencialmente cualquier episodio de Gandía shore.




Preparo la mesa con dos Coca colas bien frías y enciendo la televisión porque sé que odia las entrevistas y en una de ellas, aseguró que deberían ser conversaciones acompañadas de otras acciones. Así que aprovecho sus palabras y dispongo el espacio sabiendo, que a pesar de todo lo que traigo preparado, Warhol hará alguna warholada para descolocar todo, incluso a mí.

"Te presento a mi mujer", dice mientras se sienta en el otro extremo del sillón y deja en la mesa, justo al lado de su Coca-cola, una grabadora Sony. Lleva el pelo algo más largo de lo habitual y más blanco. Se le nota nervioso, quizá por ser la primera entrevista que da después de su muerte. Eso sí, los sonidos, las muecas, los monosílabos y la sinrazón, siguen siendo, aun en esta entrevista, el hilo musical de fondo. Y es que, quizá, todo ello es parte de su arte. Fuera como fuese, traté de aprovechar el margen que me daban las agujas de ese reloj gigante en forma de plátano que gobernaba una de las paredes y pregunté todo lo que pude sin preocuparme del orden y el sentido, porque con Warhol se está muy lejos de esas dos palabras.

Primero, gracias por recibirme. Supongo que ahora, en el cielo o allá donde esté, sigue igual de liado que cuando estaba aquí, en la tierra, en la fábrica.
      Nunca he dejado de estar en la fábrica. En la tierra, no sé, no me suene ese pub.

¿Pinta mucho por ahí arriba?
        Lo mismo que por ahí abajo.

¿Quién ha sido el último a quien has retratado?
Lady Di, el día que murió.

¿Por qué siempre pinta a personas relacionadas con la muerte? A Marilyn poco después de morir, a Elizabeth Taylor un año antes de su muerte, a J.Kenedy cuando murió su marido…
       La verdad, me dio lástima que muriera un presidente tan joven, guapo y sonriente. Y no, no creo en la muerte porque uno no está presente para saber que, en efecto, ha ocurrido.

¿Y qué me dice de sus fotografías de accidentes de coche?
      El coche, qué gran invento. Ojalá fuese yo un coche.  

Si no cree en la muerte… ¿En qué cree Andy Warhol?
       Creo en las luces tenues y en los espejos trucados.

¿Qué opina de que Rauschenberg y Johns le hayan denominado como triplemente homosexal: Coleccionista, gay y publicista?
   La gente debe enamorarse con los ojos cerrados. Sólo cierra los ojos. No veas, y será mágico.

No sé si estará al tanto, pero sus cuadros han seguido convirtiéndose en iconos. Existen miles de copias que se venden en cualquier tienda, hasta en los rastrillos de las grandes ciudades. ¿Qué opina de esos adolescentes que los compran y los cuelguan en sus habitaciones sin saber siquiera que son de un señor llamado Warhol?
      ¿Quién es Warhol? Yo si fuera ellos los colgaría en el armario.

Eso le pregunto yo. ¿Quién es Andy Warhol?
         Si quieres saber todo sobre Andy Warhol, basta con ver sus pinturas y películas y allí está. No hay nada más. Además, preferiría seguir siendo un misterio, por eso cada vez que le preguntan se inventa una historia distinta. 

¿Entonces, es usted algo tan aburrido e interminable como el Empire State? ¿O, por el contrario, algo vertiginoso y oculto como un BlowJob?
          Ambas.

Si usted no fuera quien es… ¿Compraría usted un Warhol? ¿Iría a ver una exposición suya?
       

¿Por qué?
       Porque no tengo talento

Y si no lo tiene, ¿Por qué tenemos que pagarle?
         Porque si lo tuviera, todo me saldría muy fácilmente y no tendría mérito.

¿Cuál es su artista preferido?
              Disney

¿Conoce a Lady Gaga?
    Sí, me gusta su pelo. La pintaré cuando suba donde yo estoy.

Luego le preguntaré sobre eso, pero ahora dime, ¿por qué tanta repetición en sus obras?
   Mi infancia fue dura. ¿A usted le gusta el tomate?

Me gusta. ¿Y a usted?
        Este sillón me ha dado muy buenos momentos…

Andy… no se vaya por las ramas que conozco su Zombie Journalism. ¿No ve que desde que falleció no se ha parado de investigar sobre usted? ¿Sabe que hay cientos de biografías suyas y tesis enteras sobre sus entrevistas?
-          Creo que me he dejado la luz del baño encendida.

Estoy siendo una víctima del Zombie Journalism, ¿verdad?
-          Estoy siendo una víctima del Zombie Journalism ¿verdad?

¿Por qué repite las preguntas y contesta con “sís” y con “nos” de forma aleatoria Andy?
-          Porque no me gusta buscar las respuestas. ¿Por qué no me dice usted lo que tengo que contestar? Sería mucho mejor…

Porque no sé lo que usted quiere decir…
-           Yo tampoco.

Usted dijo en una entrevista que es alguien profundamente superficial y con una enfermedad que le obligaba a salir todas las noches. Pero permítame enseñarle algunos comentarios sobre usted, de algunos conocidos suyos.
Truman escribió en Música para camaleones: «Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio». ¿Se siente identificado?
-          Sin duda.

Por otro lado, Wayne Koestenbaum le describía en En el posfacio de I’ll Be your Mirror como alguien “parecido a esos cantantes de standards que deforman la canción hasta volverla irreconocible pero, aun así, fiel”, o uno de esos “idiotas de pueblo con toques de genialidad oracular”. ¿Está de acuerdo? ¿Qué opina?
-          Me gusta lo de idiota de pueblo.
-          Ya llevamos 15 minutos, por cierto, creo que deberíamos ir terminando.

Sí Andy, solo una pregunta más. ¿Qué sintió al morir? ¿Piensa que fue demasiado pronto?
-          Morir es lo más embarazoso que le puede pasar a alguien. Pensé que era demasiado estúpido y normal morir en un hospital, pero me gustaba la idea de repetir lo que ya se ha repetido millones de veces. Fue como una versión más de mis cuadros. Lo malo es que Kennedy me robó todas las portadas y no pude guardar ninguna a modo de recuerdo.

Y… ¿Cómo es el cielo Andy? ¿Tiene un estilo pop art o es más tirando a clásico?
-          ¿El hielo?
-          No, el cielo, con ce.
-          El hielo, con hache.

Y así, casi tan serio como llegó, se desvaneció entre las paredes plateadas, con su esposa de la mano, dejando allí la coca-cola, la televisión de fondo y una periodista algo perdida, embriagada y con ganas de encontrarse de nuevo, allá donde estuviera, con aquel loco, que como todos los locos de la historia, roza con sus dedos la línea de la genialidad.


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