miércoles, 11 de febrero de 2015

El arte contemporáneo no es solo para gente con bigote



Hay más de un centenar por Madrid y, sin embargo, siguen siendo las grandes desconocidas.  Las galerías de arte son algo así como santuarios a los que pocos se atreven a entrar cuando pasan delante de ellas dando un paseo. 

Esos espacios  blancos, diáfanos donde el silencio es una obra más que cuelga de las paredes, parecen estar reservados solamente a aquellos que saben describir todos los ismos, que llevan bigote o que saben fruncir el ceño a la perfección cuando se encuentran delante de un lienzo con una mancha verde.


Puede que muchas veces no encontremos el sentido a las obras con las que nos cruzamos o que venga a nuestra mente eso de “eso también lo puedo hacer yo”, sin embargo, no podemos olvidar que el arte contemporáneo no se mueve en las mismas páginas que el arte que nos enseñaron en el colegio. Cuando hablamos de arte contemporáneo hablamos del cuestionamiento de la institución, de hacer algo único, personal e irrepetible, de la necesidad de romper con la norma y de provocar al espectador haciéndole, incluso, parte de ella. Ya lo avanzaba Duchamp en 1917 con su urinario.

Por ello, en ocasiones es difícil de comprender, pero si tenemos a los maestros adecuados al lado para que nos los expliquen, todo empieza a cobrar sentido.


De eso, precisamente, se encarga ART GALLERY TOUR, una iniciativa pionera que surge en Madrid y que trata de acercar el arte contemporáneo a todo aquel que esté  interesado. Está dirigida por expertos en arte y con ellos, los visitantes recorren cuatro o cinco galerías por cuatro de los barrios más emblemáticos de la capital; Salesas, Letras, Salamanca y Conde Duque.
Después de dos horas paseando por diferentes galerías, viendo obras de lo más dispares, escuchando explicaciones de los galeristas, los mediadores de ART GALLERY TOUR y, en ocasiones, de los propios artistas, todo termina con un sorprendente sentido del que muchos empezaron dudando.


Y es que el arte no es un sector que se reduce al comprador, al galerista o al coleccionista. El arte es un medio de expresión del que nosotros podemos formar parte si cuando estamos frente a  una obra, no solo abrimos los ojos sino también la mente y el corazón. 

A partir de ese momento, dejaremos de ver manchas verdes en el lienzo y empezaremos a atisbar un mensaje, una reacción y un sentimiento que el artista nos quiere comunicar. 


Nadie dijo que entender el arte fuera fácil, pero con iniciativas como ésta es mucho menos complicado. 









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