Así se viste Cracovia en Navidad
Cracovia es una de las ciudades más bonitas de Europa y quien
diga lo contrario es que no ha pisado sus calles o que lo ha hecho con los ojos
cerrados.
Sus colores, sus tejados, sus
fachadas, su historia y su carácter amable, la convierten en una ciudad con un
encanto especial. El río Vístula
recorre la ciudad y separa el casco antiguo del antiguo Gueto judío. Planty rodea oldtown como si de un
anillo de pedida verde se tratase. Y Wawel,
el castillo majestuoso, gobierna sobre la cueva del dragón vigilando los alrededores.
Pero si ya era bonita antes, sin adornos, desnuda y sin nada que
esconder, imaginaos cuando Cracovia se viste de Navidad, de luces, de
adornos y se pone su vestido blanco.
EL MERCADILLO NAVIDEÑO EN LA PLAZA DEL MERCADO
Main Square, la plaza que un día fue la plaza más grande de Europa, con 40.000m2, se llena de dulces, de
artesanía, de ámbar, de cerámica y colores y, cómo no, de comida. El olor a vino caliente, a madera y a hoguera
inundan el mercado. Los pieroguis,
las salchichas, el codillo, las verduras y el queso son algunos de los
ingredientes que se preparan allí mismo para degustar en las mesas de madera
dispuestas en la plaza.
CONCURSO DE BELENES
En esta misma plaza del mercado
se celebra en Diciembre una de las
tradiciones más antiguas de Polonia; el concurso de belenes Szopka, una tradición local que ocupa
por unas semanas a toda la población Cracoviana.
Diciembre es mes de buscar
trastos viejos, materiales y detalles con los que poder realizar el mejor Belén
del año, o por lo menos el más original. En realidad, poco
importa ganar o no, lo importante es salir al desfile orgulloso de lo que uno
ha hecho con sus propias manos.
Poco tienen que ver los belenes que desfilan con los belenes que
conocemos en España. Allí, los polacos, representan la natividad dentro de
algún edificio histórico y famoso de Polonia, nada de un pesebre y un establo. El niño Jesús, María y José salen
a escena rodeados de colores, brillos, dorados, madera, papel… cualquier
material vale, pero que sea llamativo.
Niños, jóvenes y mayores pasean por Main
Square con sus obras. Da igual la edad, da igual el tamaño, da igual el color;
todos desfilan. Eso sí, las obras de los premiados se exponen durante todo el
mes de enero en el Museo de Historia, que después incorpora sus mejores
creaciones a su colección permanente.
Así es Cracovia y así se viste en
Navidad. Los belenes, la artesanía, el
ámbar, la comida, la cerveza, el vino, la nieve, el frío, la música y el arte son sus prendas de Diciembre. Una postal que nadie se debería
perder.
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