En una mano el bastón; en la otra el spray.
Así se acercan ‘Lata 65’ a los muros. Despacio, con
cautela y luciendo una mascarilla blanca en la boca, como auténticos grafiteros
de barrio. Muchos rondan los 80 años, pero cada paso que dan hacia la pared, es
un año que se quitan de la espalda. Rejuvenecen ellos y rejuvenecen la pared
con sus colores. Un toma y daca.