lunes, 8 de agosto de 2011

JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD

Desde hace unos días, algo ronda por mi cabeza y no me deja dormir. La visita del Papa en la Jornada Mundial de la Juventud, que será del próximo 16 de agosto al 21 del mismo mes. Todo el mundo está ansioso, las noticias rebosan los telediarios, los carteles se pueden ver en las grandes ciudades y hasta en los pueblos más recónditos de la alcarria. Las ciudades se preparan para el recibimiento y los gobiernos engalanan las calles más que nunca. Se preocupan de que Madrid luzca sus mejores galas y de que haya espacio suficiente para que las carrozas pasen sin problemas. Sin embargo, estoy algo desconcertada…

Desde los tres años he sido educada en un colegio religioso, del que me enorgullezco y doy gracias por los valores que me han inculcado. Durante 15 años he dado religión, he oído parábolas preciosas y enseñanzas que me han ayudado en momentos difíciles. He aprendido la historia de Jesucristo y su palabra pero ahora, con esta jornada de la juventud…nada me cuadra y os explico por qué: 

En mi colegio me enseñaron que Jesús era hijo de María, una mujer humilde, joven que a pesar de no tener nada, aceptó la misión del Señor. Estaba casada con un hombre llamado José, carpintero y trabajador desde joven, muy humilde también. Tuvieron a Jesús en un establo, en el más humilde escenario, entre una mula y un buey que eran los encargados de darles calor. Aquel niño sería el nuevo rey, rey de reyes. Rey de pobres.

Creció sabiendo que iba a morir por todos, que nos salvaría. Vivió humilde, con lo justo y necesario, dedicándose a los demás y dando sin esperar nada a cambio.  Recuerdo la parábola de la viuda pobre en la que Jesús decía: “Les aseguro que esta viuda pobre ha dado más que todos los otros que echan dinero en los cofres; pues todos dan de lo que les sobra, pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenia para vivir.”

Enseñanzas como esa son las que se me han quedado grabadas y con las que he intentado crecer día a día. Pero me parece que quien es el representante de la Iglesia, y podría decirse que el Jesús de nuestro tiempo… no ha entendido muy bien lo que el verdadero Jesús quiso decir.

Jesús fue recibido en Nazaret con ramos de olivo, con aplausos, con flores y ovaciones. Sin embargo, el Papa será recibido con 50 millones de euros. Vendrá con carruajes, una capa nueva, que no he conseguido informarme de cuánto cuesta pero me lo puedo imaginar. Jesús sin embargo vino montado en un burro, descalzo y con una tela por vestido y aun así, fue el Rey. 

El ayuntamiento de Madrid se ha volcado en el acto y pondrá 4.100 agentes de seguridad, 600 de limpieza, así como 1.360  turnos de médicos, enfermeros y técnicos del Samur-protección Civil. 202 colegios públicos estarán abiertos para la jornada y acogerán al igual que 42 polideportivos, 12 centros culturales, 6 auditorios y 4 zonas verdes, entre ellas el retiro, a los asistentes. (Según el diariocrítico)

Todo ello para alojar a todos aquellos que vengan a ver al Papa, que tampoco les saldrá barato, ya que la inscripción cuesta alrededor de 45€ si solo se asiste el fin de semana y 120 euros la semana completa.

Hasta la empresa de papel higiénico Renova se ha implicado en el recibimiento y ha aportado 7000 rollos de papel higiénico aromatizado de los colores del Vaticano (blanco y amarillo) para ser usado como serpentinas gigantes durante la JMJ. 

Y viendo todo esto, solo pienso en qué diría Jesús si levantara la cabeza… Con lo que el sufrió por levantar la iglesia y enseñar lo que su padre quería. Me dan ganas de hacer lo que Jesús hizo en la sinagoga y quien no lo sepa que se informe, que es uno de los momentos más sorprendentes de la biblia. En resumidas cuentas… Jesús entró y la lió parda. 

Cada vez que pienso en esto y veo las noticias me hierve la sangre pensando que al mismo tiempo que se están gastando 50 millones de euros, en Somalia, 90.000 niños sufren desnutrición y probablemente mueran en los próximos días y meses si no se hace algo YA.

Se está pidiendo ayuda a gritos, a través de la red, la televisión, la publicidad… Y se sabe que con 10 millones se podrían salvar a esos 90.000 niños. Es decir, una quinta parte de lo que se va a gastar en 5 días en Madrid, sin necesidad alguna. Qué pena me dan esos niños, que su único error ha sido nacer en un sitio equivocado en los que se encuentran abandonados a su suerte. Pero más pena me dan aquellos que se hacen llamar primer mundo o países desarrollados, que gastan millones de euros en recibir a una sola persona, y donde lo más importante no es la fe o las enseñanzas de una religión sino el dinero que se puede sacar con ella. PENA, siento PENA.

Pena de que haya un despliegue así por una persona, y que por 90.000 personitas no se haga nada. Pena de que se imponga 1000 turnos de médicos y no seamos capaces de mandar ni la mitad al tercer mundo. Pena de que se abran colegios, polideportivos y zonas verdes para que los asistentes tengan techo mientras que día a día duermen cientos de personas en las calles de Madrid sin techo alguno. PENA.

Que cada uno viva la religión que quiera y como quiera siempre y cuando favorezca a la propia persona y a los demás y vaya más allá del dinero y el éxito. Que no sea un motivo de alienación sino de liberación propia y paz interior.

Y por favor, no olvidemos que bajo el ecuador, esa línea que divide la tierra en ricos y pobres, también hay personas.